sábado, 12 de abril de 2014

Entrevista a Nicolás Poblete en El Mercurio. Espectro familiar, nuevo libro de Ceibo Ediciones



Nuevo libro de relatos
Nicolás Poblete: el horror de lo más íntimo

El escritor chileno publica "Espectro familiar", donde demuestra la potencia que pueden alcanzar los dramas en el círculo más cercano.  


Constanza Rojas Valdés 

Nicolás Poblete es de esos nombres que probablemente cada vez suenen más en el panorama de escritores chilenos. Ha sido elogiado por críticos como Camilo Marks, quien lo incluyó en su antología "Los mejores cuentos chilenos del siglo XXI", y el peruano Julio Ortega escogió su libro "En la isla" (Ceibo) entre los mejores de 2013. Poblete, de 42 años, se siente afortunado por eso, pero logra tomar distancia de los aplausos al hablar de su obra. No así de la multitud de autores que ha leído y de toda la teoría que ha absorbido en su formación como académico.
Periodista de profesión, estuvo en el taller de Diamela Eltit y estudió un doctorado (y un posdoctorado) en literatura en la Washington University. Actualmente vive en Chile, y hace clases en la Universidad Chileno-Británica de Cultura.
Ha publicado libros como "No me ignores", "Cardumen" y "En la isla", una breve novela en versión bilingüe. "Con la editora de Ceibo pensamos en hacer un proyecto más estrambótico, porque un texto bilingüe es raro, no es tan común en ficción narrativa", comenta el autor.
"En la isla" era inicialmente uno de los relatos de "Espectro familiar", el libro de cuentos que acaba de publicar, también con Ceibo. En este nuevo volumen Poblete reúne nueve narraciones creadas en los últimos años, que tienen a la familia como el punto común más evidente. Un hombre que trabaja de temporero escribe una carta suicida a su mujer, porque piensa matarse junto con las hijas de ambos; una joven recién violada va a un refugio en la nieve con su tía; una mujer camina sola a oscuras en su departamento después del terremoto de 2010, ya que su marido ha escapado con la guagua de ambos.
Todas las historias están articuladas por lazos de sangre, pero el foco de los relatos va más allá. Para Poblete la familia solo resulta el escenario perfecto: "Da la posibilidad de hablar de una serie de problemas y horrores. La familia es un depósito en el cual se puede instalar el terror de manera muy, muy potente; sobre todo el psicológico. Aquí no hay investigaciones de detectives, sino el terror inmerso en lo cotidiano, en lo más doméstico. Esa idea de que el enemigo está dentro de tu casa".
Para lograr este efecto, Poblete explora distintos tipos de narraciones. En ocasiones recurre a la corriente de la conciencia para acceder a lo más íntimo del personaje, en otras el narrador es más distante y omnisciente. Algunas historias partieron de breves noticias que encontró en diarios y que lo impactaron; pero tiene claro que su foco siempre está en los personajes. Más que los acontecimientos, lo que le importa es el efecto que provocan en el ser humano. "Lo más importante es permitirle al personaje que él hable; no puedo ponerle trabas, hay que darle la libertad que requiere", resume Poblete.


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